Bajo la advocación de San Cipriano esta iglesia de gran majestuosidad se edificó a principios del siglo XVII. La iglesia es un edificio en planta de cruz, con tres naves y crucero con torre campanario a los pies. Los brazos del edificio están cubiertos por bóveda de crucero mediante arcos torales de medio punto sobre pilastras.
La fábrica exterior es de ladrillo con arco de medio punto en la entrada principal en el acceso por la fachada sur. La torre tiene cuatro cuerpos y está coronada por una estatua de Jesús Redentor bajo chapinel metálico. El interior consta de nave central con dos naves laterales y cúpula central en el cruce de las naves. Tiene artesonado de madera y coro a los pies.
Aunque no se aprecian restos en el edificio de la construcción anterior a la época moderna, se documentan en el jardín exterior varios fustes de columnas de granito que debieron corresponder a un antiguo templo construido en el lugar en el que hoy se encuentra esta iglesia.
Preside el altar mayor un cuadro del «Martirio de San Cipriano» pintado en el año 1684 cuyo autor es José Ximénez Donoso.